Introducción

La pregunta es sencilla: ¿Puede una familia argentina de 4 integrantes visitar 5 ciudades europeas durante 3 semanas gastando poco más de 300 euros diarios incluyendo aéreos, traslados, alojamiento y comidas? La respuesta es afirmativa, pero encierra otros interrogantes que iremos desgranando poco a poco. El único secreto que adelantaré, solo para calmar a los ansiosos, es que la clave la encontrarán en una sola palabra: planificación.

No importan los motivos

Quisiera empezar contando que la decisión de realizar este viaje tiene un origen que le aporta una cuota sentimental a lo ya hermoso y pasional que significa emprender un viaje: estaremos festejando junto a mi mujer 20 años desde aquel día que nos conocimos. Decidimos que lo festejaríamos con un viaje familiar increíble y que apuntaríamos a Europa.
En ese mismo momento puse a trabajar a toda máquina a mis bots que tantas satisfacciones nos habían dado en el pasado. Pero conseguir ofertas aéreas no es terreno exclusivo de geeks y hoy se encuentran disponibles muchos sistemas de alertas para darnos aviso de tickets más que convenientes.

Paradojas del destino, en especial para alguien como yo que denosta los días considerados “comerciales” ; la oferta mágica llegó un 14 de febrero. ¡f*cking San Valentín! (va en lunfardo para no ofender a nadie).

¡Si, lo conseguimos!

Tipear todos los números de la tarjeta de crédito, el código de seguridad, presionar enter y esperar ese rulo infinito que da vueltas y parece que nunca termina su giro… Todas las preguntas pasan como un rayo veloz por mi cabeza “¿Cargué bien el pasaporte de la nena?”,  “¿Me alcanzará el monto disponible para pagar en cuotas?”, ¿”Era con o sin valija la tarifa que elegí…?” Pero solo unos segundos después aparece esa divina pantalla que te dice ya estás adentro, no hay vuelta atrás: en octubre te vas para Roma con tu familia.

Las primeras decisiones

Teniendo el rumbo europeo y las fechas para nuestra aventura, la planificación del viaje empieza a tomar forma. Tanto la llegada como la salida serán vía el aeropuerto de Fiumicino (web del sitio oficial); por lo que al momento de empezar a cranear los lugares que visitaríamos nos enfrentamos a nuestro primer dilema: visitamos Italia de punta a punta o armamos un itinerario circular que comience en Roma y nos vuelva a depositar en la misma ciudad unas semanas después. Optamos por el segundo de los escenarios.

A los pocos días de emitido el ticket, llegó el momento de pensar un recorrido que satisfaga las expectativas, ilusiones y deseos de toda la familia. La mía se encuentra compuesta por 4 integrantes: Mamá y Papá en sus cuarenta y tantos, Niño en primaria, Niña aún en jardín de infantes. A Mamá le gustan las calles pintorescas, los mercadillos coloridos y los barcitos con ricos aromas. A Papá lo dejas feliz con paisajes abiertos, lugares con historia y ciudades con mucho ritmo. Niño es fanático del mundo fútbol, los medios de transporte y la buena comida. Niña, en cambio, adora los animales, las plazas con juegos y todo lo relacionado con la realeza (las princesas, bah…).

Conocidos los gustos principales de cada quien, debemos meter todo en la licuadora para intentar llegar a un itinerario realizable en el tiempo disponible, inolvidable para todos y que no nos obligue a vender el auto para pagarlo. Al combo anterior, no debemos olvidar sumarle la época del año en la cual estaremos viajando: los días durante el otoño suelen ser más cortos y el frío da sus primeras muestras.  Manos a la obra entonces.